Los 12 Pasos
- Admitimos que éramos impotentes ante la adicción al sexo y al amor, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
- Llegamos al convencimiento de que sólo un Poder Superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
- Decidimos poner nuestra voluntad y nuestras vidas al cuidado de Dios tal como nosotros lo concebimos.
- Sin ningún temor hicimos un inventario moral de nosotros mismos.
- Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestros defectos.
- Estuvimos completamente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
- Humildemente le pedimos a Dios que nos liberase de nuestros defectos.
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Hicimos una lista de todas las personas que habíamos ofendido y
estuvimos dispuestos a reparar el daño que les habíamos causado.
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Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño que les
habíamos causado salvo en aquellos casos en que el hacerlo les
perjudicara a a ellos mismos o a otros.
- Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.
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Buscamos a través de la oración y la meditación mejorar nuestro
contacto consciente con Dios, tal como nosotros lo concebimos,
pidiéndole solamente que nos permitiese conocer su voluntad
para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
- Habiendo experimentado un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de transmitir este mensaje a los adictos al sexo y al amor y de practicar estos principios en todas las áreas de nuestras vidas.